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Dom, May

El gladiador está en casa

Juan José Barbery se mostró feliz en el recibimiento que le hizo a Olavarría después de regresar con la medalla del Dakar 2013.

Marcelo Kehler

Actualidad
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Una multitud recibió al Gato Juan José Barbery después de la hazaña del Dakar 2013. La caravana arrancó en Ruta 226 y Pringles para terminar frente al Palacio Municipal con champán y encendido de la Yamaha.

Ya con poca luz diurna apareció a las 20.40, por uno de los brazos de la rotonda de la ruta 226 rumbo a la avenida Pringles, una autobomba con las luces encendidas, la sirena a pleno y el gladiador dakariano Juan José Barbery con sus brazos en alto. Detrás tres camionetas Amarok: la primera conducida por Alejandro Sacher y copiloto Fermín Urdampilleta cargando la "Dama de Hierro" como bautizó el Gato a la Yamaha Nº 126 con la que completó las 14 etapas de la carrera más dura del mundo, en la segunda la asistencia con Maximiliano Lenzetti junto con Paolo Splendore y detrás Daniel Bettiga.
La estridente sirena dejó de sonar por unos minutos al vislumbrar Juan José a su mamá Stella Iriarte y su hermana Mercedes. Ya con el héroe sobre el pavimento llegaron los interminables abrazos, los amigos, los familiares y autoridades municipales para reconocer su labor al cabo de dos extenuantes semanas entre Perú, Argentina y Chile.
De nuevo a la autobomba y el orgullo de ser olavarriense a flor de piel. La caravana siguió su curso por la avenida Pringles, dobló por Necochea, giró a la izquierda en Rivadavia hasta detenerse frente al Palacio San Martín. En el trayecto nunca dejó de apretar el puño de su mano derecha. Ni de golpearse el pecho a la altura del corazón. El agradecimiento a la ciudad se hizo eterno. Para el delirio de los hinchas descorchó la primera botella de champán para tratar de empapar a las más de 1.500 personas que se apoderaron -por unos minutos- del centro de la ciudad.
Su plantel acomodó las camionetas frente a la Municipalidad. Luego el Gordo Sacher hizo una ronda empapando a más amigos con burbujas. Y nuevamente el Gato se sumó al delirio dakariano. "Olé, Olé, Olé... Gato, Gato" se hacía escuchar fuerte. Luego Barbery decidió pedirle el último esfuerzo a la Yamaha: encenderse para acelerarla como lo hizo durante 8.500 kilómetros. Al principio estuvo caprichosa. Alguno gritó "está cansada"... pero el piloto insistió. El caño de escape volvió a sonar y el público lo agradeció.
Pasadas las 21.15, frente a las escalinatas el secretario de Gobierno Héctor Vitale anunció que habrá "un decreto destacando la proeza deportiva de Barbery, no sólo lo que significa para la ciudad, sino para él como deportistas porque conocemos el compromiso moral que se había impuesto de terminar la prueba para quien fuera su compañero en la edición anterior. En los próximos días se coordinará con el Intendente, que hoy no se encuentra en la ciudad, la entrega del reconocimiento".
Antes de llegar a Olavarría, el intendente de Bolívar, Eduardo Bucca, lo recibió en su despacho donde indicó que regresará para entregarle la medalla obtenida a los familiares de Jorge Martínez Boero (h).

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